OJEANDO ENTRE HUESTES

Praia da Ursa

Dicen que la playa de la Osa es la más hermosa que hay en Portugal, que ya es decir mucho, puesto que las playas del Atlántico destacan precisamente por su belleza. No conozco tantas, pero si es así, lo es con todo el merecimiento y en todas sus dimensiones. Primero, por su acceso a través de una senda tendida que serpentea por un acantilado formado a base de corrientes de agua. Después, porque tras un buen rato descendiendo uno puede encontrar la paz en el contacto con la naturaleza más virgen y pura, sintiendo como el viento y las partículas del sol abrazan por completo todo el cuerpo desnudo. y también por su luz, el atardecer en el horizonte que se refleja sobre el agua y le da una preciosa tonalidad a las rocas y a la osa, que en forma de peñasco lanza su gruñido desesperado al viento.

La playa es pequeña, no necesita más, y la fuerza del Atlántico arranca las piedras del fondo y las hace chocar unas con otras formando como una mascletada atronadora como perfecta sinfonía con la tranquilidad reinante.

Volver senda arriba, viendo el sol descender por el horizonte, completa el vergel de sensaciones con que la Osa y su gruñido reciben a un servidor entusiasmado y agradecido por lo que la naturaleza le ha hecho vivir durante tres maravillosas horas.

Esta entrada se publicó el 30 julio, 2014 en 4:44 pm y se archivó dentro de Sin categoría. Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

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