OJEANDO ENTRE HUESTES

Tacita de plata

Estando unos días en Sevilla es menester acercarse un día a Cádiz, la tacita de plata que está en una península en los confines de la península Ibérica. Es un jueves del mes de diciembre, el sol luce sin nubes alrededor y da cierto calor a unas fiestas que dejaron el frío al norte de la sierra Morena.
La ciudad es humilde y está tranquila, pocos turistas y tampoco demasiados gaditanos más allá de las tabernas del centro. El viento sopla suave por el malecón, mirando a la bahía que apenas la cruzan un par de cargueros. Dando una vuelta uno se da cuenta de que no es hoy una ciudad boyante, donde el dinero viaje continuamente de mano en mano; como suele decirse, falta una mano de pintura, hubo tiempos mejores, también más difíciles entre guerras y falta de liquidez que fue dejando para más tarde la construcción de la catedral.
Cádiz es bonita, agradable, plácida, muy plácida; aquí el tiempo tiene otro significado.

Esta entrada fue publicada el 29 diciembre, 2016 a las 10:05 pm. Se guardó como Sin categoría y etiquetado como , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

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