Lisboa, la niña de la que te enamoras perdidamente. Amor no sabido, amor no declarado. Atracción cuando la sientes cerca y amor cuanto más te alejas de ella. Lisboa, la niña bonita del Atlántico; ocre y negra de sus calles, azul de su horizonte.
Lisboa impasible, ardiente, bullente. Lisboa tranquila, floreciente, sonriente. Mira al horizonte, entona las canciones a sus ídolos que jamás tocará. Lisboa: alta, espigada, soñadora.
Descuento los días del calendario, las horas del reloj para verte, sentirte, y mi corazón palpita más a prisa ahora que alcanzo tu colina por 25 de Septiembre.