OJEANDO ENTRE HUESTES

Una vuelta por ‘Las Riojas’

La Rioja es un territorio sorprendente, cercano a grandes urbes, al que el otoño lo llena de decenas de matices de colores. Es mucho más que viñedos y bodegas, aunque bien es cierto que gran parte de la depresión del Ebro está dibujada con cepas de vides perfectamente alineadas cubriendo los extensos montes.

Nos alojamos en Laguardia, la ciudad más importante de La Rioja alavesa. Un pueblo sobre un alargado otero, amurallado, con tres calles longitudinales intramuros que mantienen su esencia antigua y un extramuros paradisíaco entre la muralla y la extensa campiña.

Las carreteras entre la niebla salen de los campos de viñedos y comienzan a adentrarse entre bosques de robles y pinos. Así es como se llega a San Millán de la Cogolla, cuna escrita de las lenguas castellana y vasca, pues en su monasterio de Yuso se escribieron las primeras palabras en ambos idiomas anotadas en los márgenes de una biblia.

Muy cerca de allí, de nuevo en campos de viñedos, está Santo Domingo de la Calzada, esbelta villa construida a lo largo de un trecho camino de Santiago. Su origen está en el hospital para peregrinos que fundó allí un monje llamado Domingo García (Santo Domingo). Todo allí se mueve en torno al camino de Santiago y al servicio al peregrino, incluso la leyenda de las gallinas de la catedral.

Y para terminar el viaje, paisajes sorprendentes. Como se indicó al principio, La Rioja es mucho más que viñedos y bodegas; también es robledales, hayedos, montañas, valles, cañones, praderas, buitres, ganado… Es Tierra de Cameros, el sur de La Rioja, cruzada por la carretera N-111 que une serpenteando Logroño y Soria. Es algo parecido a lo que comúnmente se denomina un paraíso natural.

Las Riojas más valen que un fin de semana.

Esta entrada se publicó el 8 noviembre, 2015 en 10:32 pm y se archivó dentro de Sin categoría. Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

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